La Torre de Babel es
una construcción mencionada en el antiguo Testamento. Según algunas
interpretaciones del capítulo 11 del Génesis, los hombres pretendían, con
la construcción de esta torre, alcanzar el Cielo.
De acuerdo con la Biblia, Dios, para evitar el
éxito de la edificación, hizo que los constructores comenzasen a hablar
diferentes idiomas y se dispersaron por toda la Tierra.
Toda la
Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los
hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y
se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y
cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en
lugar de argamasa. Luego dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya
cúspide llegue hasta el cielo. Hagámosnos así famosos y no estemos más
dispersos sobre la faz de la Tierra».
Mas Jesús descendió
para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He
aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo
este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo
que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje
de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Jesús los dispersó de
allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad.
Por ello se la llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de
todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
La explicación bíblica del porqué de
los diferentes idiomas ha tenido tres representaciones principales en el arte:
la construcción de la torre, la destrucción de la torre y la confusión de las
lenguas, seguida de la dispersión. Los dos primeros han sido mucho más
representados.
El tema de la
destrucción no se basa en el Génesis,
donde sólo se insinúa, sino en el Apocalipsis,
que lo trata en su capítulo 18. Esta tomadura de escena se ha representado con
grandes vientos o con rayos salidos del cielo. La confusión de lenguas se ha
usado en conjunción con los anteriores, pero también asociado al milagro de las
lenguas que se ponen a hablar los apóstoles en Pentecostés.
Este último punto no tiene mucho sustento porque el Génesis fue escrito más de 1000 años antes del
acontecimiento de Pentecostés y la torre existió 3000 años antes.
Un zigurat es un templo de la antigua Mesopotamia que tiene la forma de una torre o pirámide escalonada. El diseño de un zigurat va
desde una simple base con un templo en lo alto.
Un zigurat es una edificación monumental ligado
al templo y dedicado a una divinidad. Se utilizaba también como observatorio
astronómico. Tiene forma de torre piramidal escalonada, rematada por una
capilla o santuario. Se accedía a cada nivel por unas enormes escalinatas. La
planta de estos templos solía ser cuadrada, con lados de unos 60 0 70 metros y
ángulos orientados hacia los cuatro puntos cardinales; la altura era de 15 a 30
metros; las paredes podían estar escalonadas en terrazas o construidas en talud.
Desde mi punto de
vista y en base a lo que he leído puedo decir que ciertamente la Torre de Babel
era en realidad un zigurat,
una torre escalonada con hasta siete plataformas que disminuyen en tamaño con
la altura, dentro del templo
mesopotámico que formaba parte de un gran complejo religioso de la
ciudad de Babilonia. Y como tal, habría sido construida para cumplir con la
exigencia divina de rendir un elevado número de cultos a los despiadados dioses
mesopotámicos. Estas torres a veces fueron decoradas con motivos vegetales o
pintadas, tal vez porque su construcción podía asegurar la fertilidad de las
tierras.
Muchas son las consideraciones que nos hacen pensar
en que hay una relación directa entre el pasaje bíblico de la construcción de la Torre de Babel y la presencia
en Mesopotamia de los zigurats,
montañas artificiales, orgullo del poder y la técnica de sus pueblos.
La Biblia, redactada entre los siglos VI al II a.C
es producto de muy diversas procedencias textuales y culturales, pero
prevalecen notablemente las mesopotámicas. Por eso es constante en los textos
bíblicos la relación de sus pasajes con lugares o episodios relacionados con la
cultura mesopotámica: desde la localización del Paraíso, entre los grandes ríos
mesopotámicos; hasta la presencia de los Reyes Magos de Oriente, en realidad
astrólogos persas; sin olvidar el tema del Diluvio Universal, estrechamente
relacionado con numerosos textos sumerios y babilonios, muy anteriores a la
redacción del Génesis; o la pugna del pueblo judío con todos sus vecinos en
este caso egipcios, filisteos, asirios o babilonios, que como tales enemigos no
dejan de ser sinónimos del pecado.
El episodio de la Torre de Babel aparece
en el Génesis, primer libro de los que componen el texto sagrado de la
Biblia, y en él se cuenta la experiencia de los judíos supervivientes que
después del Diluvio se asentaron en una tierra cuyos habitantes dijeron: “vamos
a cocer ladrillos al fuego. Construiremos una ciudad y una torre que llegue
hasta el cielo”. Observando Dios lo que hacían, pensó: “Mientras
sean un solo pueblo con una sola lengua, lo que proyecten lo realizarán.
Confundamos su lengua y provoquemos malentendidos entre ellos”, lo
que según la Biblia finalmente hizo fracasar el proyecto. La
correlación entre la construcción a base de ladrillo cocidos, la elevación de
una torre que llegara al cielo, y las fechas probables en las que se redacta
este episodio, justo en el momento de la cautividad en Babilonia (S. VI a.C.),
explican esa supuesta relación con los zigurats, visto desde la perspectiva
judía como la muestra de soberbia de un pueblo que les había vencido y
humillado, y que por ello, sólo podía esperar la ira de su Dios.
La
bíblica Torre de Babel puede estar basada en los zigurats de Babilonia.
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