El Románico es el arte de la
plena Edad Media y del Feudalismo. El estilo artístico se adapta a una sociedad
ruralizada, inculta, controlada intelectualmente por la Iglesia. Por eso va a
ser el arte de la irracionalidad, el oscurantismo y el misterio. Es un arte
relacionado con la fe, surgido de una cultura teológica.
Existen una serie de rasgos
culturales que determinan el estilo. El sentido de este mundo y de todos sus
seres se encontraba en la religión. La teología es a la vez Física, Astronomía,
Filosofía, etc.
Todo lo humano está referido
a lo divino. La Iglesia coacciona el pensamiento libre y desconfía de los individuos
que se ponen a pensar por sí mismos y tratan de ver las cosas con “la luz de la
razón”. Una luz más poderosa, la fe, lo iluminaba todo con suficiente claridad.
Así vemos como el dogma religioso siempre produce irracionalidad y
superstición, pero además produce la
concepción de un mundo autoritario, inmutable, eterno y dogmático; algo que
estaba muy bien así y no había porqué cambiarlo.
La ley medieval no es
escrita, es tradicional y es buena porque es vieja, porque siempre ha existido
y existirá. Las revoluciones medievales son siempre restauraciones,
involuciones hacia un pasado con ley. Por eso el arte románico se hace siempre
para perdurar, sus líneas son estables y quietas, formas pesadas y volúmenes
compactos. La iglesia sirve para alojar a los dioses pero es a la vez un
monumento a Dios y debe ser, por eso, una construcción fuerte y sólida como la
fe cristiana.
La fe no es algo
comprensible para todos y sólo clérigos y nobleza podían inmiscuirse en los misterios
de la fe. La gran mayoría la asentía y la acataba por dogma, como un oscuro
misterio. Por eso la iglesia románica no está bien iluminada, es más bien oscura,
para convertir ese lugar en el sitio donde,
en recogimiento y reposo, se adora a Dios. Sus conocimientos técnicos tampoco
les permitían hacer grandes vanos en la pared ya que ésta tenía función de
soporte y porque no los necesitaban.
Cuando cambie la mentalidad
y deba entrar la luz en la casa de Dios entonces se descubrirán nuevas técnicas.
No son los descubrimientos técnicos los que cambian las mentalidades sino al
revés.
Hay que destacar que la
arquitectura es en el Románico lo más importante. La escultura y la pintura no
existen al margen de la religión y su lugar de destino es siempre el templo, la
iglesia o el monasterio. La escultura y la pintura se sujetan a ornamentar el
edificio románico.
El arte románico en general
es muy geométrico, emplea formas simples, rotundas, que indican una vuelta a la
sensibilidad primitiva y rural. Esa ruralización de formas que vimos al final
del Imperio Romano la retomamos ahora. El Románico es un arte rural, de campo,
lejos de los refinamientos cortesanos y de la sensibilidad urbana. Se busca la
pureza de formas, líneas verticales y horizontales, arco sencillo, decoración
tosca y sencilla, composición simple de
volúmenes. En arquitectura la distribución de volúmenes y espacios es sencilla
y simbólica. Como podemos apreciar en la imagen que se encuentra a la par del
texto es la Iglesia El Hormiguero en Camacaran que tiene este estilo románico.
Cumple a la perfección cada una de las características de este bello arte. El
Señor Emilio Gonzales era el dueño oficial de todas esas tierras en donde se
encuentra ubicada la Iglesia y cuentan los pobladores que El puso el dinero
para la construcción. las campanas con las que cuenta la Iglesia fueron traídas
de Italia, las piedras que fueron utilizadas las extrajeron de San Alejo y la
manera de San Antonio Silva.
Nunca se realiza una iglesia
románica por el simple placer estético. Lo que importa es la exaltación
religiosa. Una iglesia no es tampoco una bella composición espacial sino una
ofrenda a Dios. La iglesia debe ser la plasmación del alma humana: la fachada es
lo que primero se ve, es el rostro del edificio y por eso debe ser atractiva,
pero el interior debe ser sencillo, fuerte, oscuro y recogido como el alma
cristiana. Se olvida el concepto del arte autónomo y se convierte en un medio de
alabanza a Dios.
El estilo románico comulga
perfectamente con la naturaleza. Es un estilo de campo y las pequeñas ermitas,
las pequeñas iglesias o los monasterios se localizan en lugares elegidos por su
fácil defensa (concepto de iglesia -
fortaleza) pero también por su especial belleza.
No es un arte controlado por
siervos o villanos. Los sistemas arquitectónicos están en manos de los monjes
al igual que toda la precaria ciencia
medieval. Sólo ellos comprenden los
complicados tratamientos simbólicos de fachadas y capiteles. Al fiel sólo le
llega el resultado iconográfico final de la obra: el miedo, el castigo, la
protección de la Iglesia pero no comprende la narración de la historia.
No obstante, el románico es
un arte pedagógico y mediante la escultura y la pintura se pretende educar al
pueblo y someterlo, más por el temor a Dios que por la comprensión de su
mensaje. Por eso las fachadas románicas poseen a menudo monstruos y animales mitológicos
para asustar a las gentes, además de pasajes bíblicos sencillos para educar a
un pueblo analfabeto.
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