miércoles, 26 de septiembre de 2012

EL LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS Y LOS 10 MANDAMIENTOS DE LA BIBLIA.


Un dibujo del libro de los muertos egipcios

Se conoce como "Libro de los Muertos" a una colección de sortilegios que se incluían en las tumbas del Reino Nuevo, y pretendían ayudar al difunto en su difícil camino al Más Allá y en el juicio de Osiris. Su título original podría traducirse como "La salida al día". La muerte no era más que un renacimiento, al igual que el sol sale cada día, así el difunto accedía a un nuevo renacer. Según lo plateado en el documental.

El Libro de los Muertos evolucionó de los “Textos de las Pirámides” del Imperio Antiguo los textos funerarios más antiguos del mundo. Estos hechizos y rituales eran inscriptos únicamente en los muros de las tumbas de los egipcios de clase alta. Para la época de Imperio Medio, estos secretos se hicieron disponibles para cualquiera que pudiese afrontar un ritual funerario, y eran grabados dentro de los sarcófagos, para que las momias pudiesen “leer”. Con el tiempo, los “Textos de los sarcófagos” se convertirían en el Libro de los Muertos, utilizado durante el período del Imperio Nuevo.

La Biblia y el Libro Egipcio de los Muertos.

Según las palabras del Presbítero Humberto Portillo, Párroco de la Parroquia Santa Catarina de Alejandría, Usulután, el expresa que: partiendo de la base de que la Biblia no es un texto funerario, ni una colección de sortilegios, como lo es el Libro egipcio de los Muertos, ni que ambos textos presentan una misma composición, ni derivan de una misma cultura y religión, no puede sostenerse una relación directa del Libro de los Muertos con la Biblia. No obstante, no puede tampoco cuestionarse que el Libro de los Muertos tuvo un papel relevante en la cultura del antiguo Egipto, manteniendo su praxis durante el periodo coincidente con la composición del texto bíblico.

Toda vez que la Biblia es un texto heterogéneo donde se aprecian distintas influencias culturales en su composición (Egipto, Mesopotamia, etc.), no puede descartarse alguna vaga influencia del Libro de los Muertos sobre la Biblia, aunque sea a razón de un hito característico de la cultura egipcia que marco a las poblaciones vecinas, también politeístas y sujetas al dominio de Egipto.

Por consiguiente, este breve artículo únicamente pretende exponer algunos pequeños puntos que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos y que parecen también recogerse vagamente en la Biblia; lo cual, como antes ya mencioné, no significa en modo alguno que la Biblia contenga parte de esta obra egipcia o que ambas tengan una relación en sí, directa.

Pero desde mi punto de vista entre todos los episodios bíblicos, la entrega de la tabla con los diez mandamientos de Dios a Moisés en lo alto del monte Sinaí y de los episodios misteriosos que la envuelven es uno de los hechos más importantes del cristianismo y del judaísmo. Se trata de un decálogo con un importante contenido ético y moral que regirá el cristianismo y el judaísmo desde esa fecha hasta nuestros tiempos.


La tradición bíblica explica que los Diez Mandamientos fueron escritos por Dios mismo en las tablas de piedra, como se indica en el Éxodo: "Y Dios dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste", ya que las primeras también fueron escritas por Dios: "Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios" (Éx 34:1). Sin embargo, todo hace suponer que fue Moisés el que grabó el decálogo en las tablas durante su estancia en lo alto del monte Sinaí en un periodo de cuarenta días y cuarenta noches.

Cuando Moisés desciende del monte con las Tablas de la Ley su figura resplandecía, hecho que hace suponer que estuvo en contacto con algún material radiactivo. Por otra parte, las antiguas traducciones bíblicas destacaban que cuando bajó del monte "no sabía que en su rostro había cuernos". Ahora, las nuevas traducciones destacan: "no sabía que la piel de su rostro se había vuelto radiante..." (Éx 34:29). Todo parece indicar que hubo un error de traducción de san Jerónimo, y que la segunda versión es la correcta. para muchos autores el resplandor de Moisés tiene que ver con las Tablas de la Ley, que como ya hemos explicado se convirtieron en un auténtico peligro dentro del Arca de la Alianza, matando a todos aquellos que intentaban tocarlas o que se aproximaban mucho.

Cabe destacar que las primeras tablas que Moisés bajó del monte no tenían características peligrosas, ya que éste descendió con toda normalidad sin ningún brillo ni fulgor. Si esta teoría de la radiactividad de las piedras es verídica cabe preguntarse de qué lugar de la base del monte Sinaí extrajo estas tablas de piedra. Para algunos investigadores se trataba de pizarras radiactivas. Todo hace sospechar que la causa del resplandor de Moisés son estas piedras, ya que fueron las mismas que se introdujeron en el Arca de la Alianza y que tantos males produjeron.

El contacto con ellas originó la luminosidad de Moisés y la necesidad de taparse el rostro por posibles quemaduras. En el Éxodo se lee: "Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él. Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro" (Éx 34:30-33).
Por otro lado, es posible que Moisés se inspirara en textos de los círculos literarios de la corte del faraón en la que se educó, por lo menos así lo creen algunos investigadores.

Habrá sido fácil para Moisés sacar los Diez Mandamientos del "Libro de los Muertos" de los egipcios. Por ejemplo: “Yo nunca he hurtado", vino a ser "No robarás" "Yo nunca he asesinado", vino a ser "No matarás"  "Yo nunca he dicho falsedades", vino a ser "No levantarás falsos testimonios" Y así sucesivamente.

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